domingo, 28 de mayo de 2017

Cuando más es más


Qué complicado es escribir este post. Es difícil poner orden a tantas ideas que jamás podrían ser resumidas en pocos caracteres. Igualmente, me lanzo a la piscina por varias razones. La primera, es mi realidad desde que nací. La segunda, hay un movimiento social muy importante haciendo esta realidad visible y aceptable (no sin dificultades, por cierto). La tercera, porque siempre he dicho que me va la caña y seguro que esta publicación no se libra de juicios de valor que no me importan en absoluto puestos a ser sincera. 

Hay ciertas etiquetas que cuestan. Incluso gente que se resiste a ellas. Pero la verdad es que más allá de que somos personas por encima de cualquier adjetivo que nos describa, existen y es hora de que las aceptemos sin complejos. Soy una persona, entre muchos calificativos, gorda. Siempre lo he sido, así que tampoco es novedad. Es como quien siempre ha sido baja, o alta, o morena, o rubia, o pelirroja, o calvo. ¿Qué problema tiene el mundo con ésto? Con la mayoría de adjetivos, nada. Con otros, dejadme ponerlo en duda. 

Y es que la palabra "gorda" (o "gordo", por supuesto) da asco. No me lo da a mí, lo más mínimo. Pero sí al mundo en general. En el caso de las mujeres creo que es si cabe aún más agudo. Existe un asco generalizado y una humillación constante hacia una persona que esté gorda, por el simple hecho de estarlo, no matter what. Si alguien está gordo está publicamente expuesto a juicios de valor, críticas (poco constructivas) e insultos. Es motivo de burla, de menosprecio. Se considera un defecto físico, un inconveniente, algo negativo a lo que hacer siempre referencia. Por que la palabra "gordo" siempre sale a relucir. Por encima de cualquier otra característica física y/o cualidad personal. Es como que hay que dejarlo claro. "Está gorda". Bien, ya lo has dicho... Ahora, ¿podemos seguir?

Como buena gorda nativa, conozco los insultos, "consejos" nutricionales de quien se cree con derecho. Conozco los inconvenientes. No necesito que nadie me los haga ver, los veo y los vivo cada día. Si yo he decidido aceptarme y ser feliz, ¿por qué no podéis serlo vosotros y dejarme en paz? 

Toda gorda pasa por una fase horrible que se llama adolescencia. Tu cuerpo empieza a cambiar, no entras en tallas de niña y tienes que irte a ropa de chica (si es que te entra) o, en su defecto, la temida sección de señora (SEÑORA, con el peso de la edad y todos los perjuicios que conlleva). Cuando yo crecí, mi madre se rompía los sesos por encontrar ropa acorde a mi edad, que me quedase bien y, seamos francos, que me sirviese. Es una etapa difícil, y la pagas con la persona que te quiere más, sin darte cuenta de que ella sola no puede luchar contra la industria de la moda entera. A menudo tuve ropa que no era del todo juvenil, pero ¿qué iba a hacer? No había alternativa. 

Por suerte, está empezando a cambiar, y sí, ahora sí hay alternativa. No la encontrarás en Zara (Amancio no nos quiere, qué le vamos a hacer) ni en la mayoría de tiendas. Pero ay, ¡gracias Internet! Tenemos tantas opciones que hace tiempo que ir a Zara y salir de allí con algo no sigue siendo un propósito. Y así de paso me ahorro las miradas de las dependientas estiradas cuando les preguntas "Disculpa, ¿tenéis una talla más?" Y mis ganas de soltar la mano cuando sin ni siquiera comprobar, te responden eso de "Si no está fuera, no la hay" o "No fabrican esa talla". Lo mismo pienso yo de la gente competente, que no los fabrican más. 

Se me empezó a caer la venda de los ojos en uno de mis veranos en Londres. Y es que, oh Dios mío, había tiendas "normales" en las que había los mismos vestidos en la 36 que en la 46. Se me iba la olla. No tuve ningún problema en encontrar ropa. Si bien había otras tiendas que seguían fiel a su "gordofobia", había alternativas sin tener que empeñar un riñón. 

Hace unos años escribí un post sobre la línea "Violeta" by Mango. La critiqué y con ganas. Parece que la línea se ha "modernizado" bastante, aunque no he tenido buenas experiencias. El año pasado me aventuré y decidir comprarme un bikini. Bastante más caro que en otras tiendas pero merecería la pena si me sentaba bien y me gustaba. Compré dos, optimista de mí, pensando que iba a dar en el clavo sin sudores fríos en probadores. Cuando llegaron... En fin. Qué cosa más desproporcionada. Y aquí va mi segunda crítica: entiendo que como pasa con cualquier cuerpo, sea cual sea la talla, que siente bien en todo en conjunto de la prenda es difícil ya que los cuerpos no son perfectos (en el sentido de simétricos, proporcionados, etc). Siempre hay que mirar la tabla de tallas, porque en cada casa cada uno corta patrones con las medidas que quiere. El caso es que ay señor, creo que cabían 2 como yo en la parte de arriba del bikini. En la de abajo, por delante muy bien, pero cabían otros 2 culos como el mío. El tema es, ¿estamos cayendo en estereotipos otra vez? 

Que no todas las gordas tenemos un pecho desbordante. Que no todas tenemos cintura de avispa. Que no todas tenemos el culo como un camión. Que nuestros culos, cuerpos, en general, son muy distintos y todos tienen que ser aceptados. Que instagram se llena de chicas con curvas preciosas con más o menos kilos, pero en el caso de las gordas, se suele repetir patrón. Y ahí van las marcas a por lo mismo: éste es el cuerpo de gorda que has de tener. No teníamos suficiente con tener que compararnos con las chicas delgadas durante toda la vida que ahora también tenemos que compararnos entre gordas. Basta ya hombre, el tema es de locos. 

No voy a escribir más hoy, porque el tema tiene mucha tela que cortar y me gustaría terminar poniéndoos fotitos de looks para chicas gordas, o rellenitas, o curvies, o plus size, o como cada quien se quiera llamar. La primera tienda a la que quiero hacer mención es nuestro santuario por excelencia, ASOS. Asos es maravilloso, ya no sólo por tener una selección enorme de ropa y complementos, multimarca, con tallas pequeñas, grandes, para altas, para bajitas, para hombres, para mujeres, para lo que se quiera. 

Os animo a superar el momento "Inditex" y ver más allá. A probaros ropa que os siente bien de verdad. A comprar sólo aquello que os guste y no sólo "porque me sirve". Que hay alternativa, que os pongáis guapas y os sintáis guapas por dentro y por fuera, por vosotras y para vosotras. Que la felicidad es sencilla y se decide cada día. Recordadlo en días malos, que haberlos hailos.

Por último os animo a que me sigáis en instagram (@menosesmas.blog) y mi perfil de 21buttons "laurabellon" donde de vez en cuando pongo trucos de maquillaje, ropa y demás pasatiempos. Comentad lo que queráis, estaré contenta de leer vuestras opiniones, pero una cosa os digo, si venís a dar por saco, #hastaluegomaricarmen.