sábado, 28 de diciembre de 2013

A grandes males, grandes remedios (parte II): ¿Y yo qué me pongo?



La pregunta de las preguntas. La pregunta en la que todas las madres del mundo se ponen de acuerdo y responden eso de: "Si no tuvieses tanta ropa se te terminaba el problema" y derivados. Y yo me pregunto, ¿por qué no nos dejamos de dramas? Life is short. Es un poco bobada andarse quejando por no saber qué ponerse. Y entre ese grupo de bobas me incluyo, porque lo hago (y seguramente lo haré) y lo he hecho mil veces: quejarme. Stop whining! Start thinking. 

Si bien es cierto que hay situaciones en las que necesitamos un vestuario o indumentaria específica (a.k.a. dress code) y podemos vernos en la tesitura de buscar y buscar en nuestro armario sin que nada parezca solucionar el drama. Hay otras, en cambio, en las que ese dress code nos lo inventamos, pensamos que existe, cuando en realidad nada está escrito. Por último, hay situaciones en las que simplemente no vemos nada en el armario que nos inspire. 

Voy a empezar diferenciando las tres situaciones de antes con un ejemplo simple y para que todos/as me podáis entender: 

  1. Jack Dawson fue invitado a una cena en primera clase en el Titanic. Ahí no vale ir de cualquier forma. El pobre iba a ir con lo puesto hasta que Molly Brown le prestó el esmoquin de un hijo suyo que, guess what? le sentaba como un guante (el que tiene percha, tiene percha). Este tipo de eventos, como una cena cocktail, una boda, una entrevista de trabajo, etcétera, tienen claramente un "manual" de cómo se debe ir vestido y más bien, cómo NO ir vestido. Son eventos formales, elegantes y serios. Uno/a ha de ir vestido/a conforme a esas "reglas", pero como animo yo siempre, rompiéndolas también un poco. Dentro de lo que es el dress code siempre se puede jugar. A una boda no hay que ir de esmoquin señores, pero tampoco en vaqueros, no sé si me explico. Para las mujeres, que ponga cena cocktail no significa que tengamos que ponernos como si fuésemos con Jack de cena a primera clase, pero tampoco podemos ir con zapatillas. 
  2. Serena Van der Woodsen  (Gossip Girl) se arregla en exceso para su primera cita con Dan Humphrey, un chico muy mono y muy de barrio alternativo. Bien, clásico momento en el que ves que algo falla, que no hacía falta el vestido de Armani ni el bolso de Chanel. No quiere decir que esté mal ir así, simplemente se podía haber evitado un dolor de cabeza. Esta clase de situaciones es la más peligrosa. Es la situación en la que crees que existe ese dress code, que debes ir vestida de una determinada forma, cuando la realidad es bien distinta. Y es que en esta categoría hay muchísimas muchísimas situaciones, y para mí, la reina de todas es Nochevieja. 
  3. Cualquiera de nosotras cualquier día de la semana. Abrimos el armario y no vemos nada. Vemos cosas colgadas en perchas y dobladas en cajones pero ¿ropa para ponernos? No existe. No tenemos que ir vestidas de ninguna forma, es para bajar a por el pan, o para tomar un café. No tenemos presión pero nos frustramos al darle demasiadas vueltas al armario. Si este es tu caso hoy, tranquila, te pasará toda la vida. 
Yo hoy quiero centrarme en una situación en concreto que seguro que a la que más o a la que menos, nos ha dado algún quebradero de cabeza: Nochevieja

Nochevieja es una fiesta que puede ser categoría 1 o categoría 2, todo depende del plan que tengamos para esa noche. Pongamos dos supuestos: una cena en casa o con amigos y luego una fiesta privada en algún lugar digamos, formal; y por otro lado, una cena en casa o con amigos y salir a rumbear como si fuese un sábado normal sólo que con más gente dándose besos. 

Si nuestro plan es cena + fiesta privada, podemos permitirnos un vestuario mucho más sofisticado, como por ejemplo, un look con vestido largo vaporoso con stilettos. Imagináos ese vestido en los pubs de la zona siendo pisado y manchado por la multitud. No pega. That's my point. Debemos adecuar aquello que nos ponemos a nuestro cuerpo, a nuestras necesidades y a nuestro ambiente. Si vamos a una fiesta privada o incluso tipo cena-baile y esas cosas, el dress code va a ser más exigente que si simplemente disfrutamos de la noche en otro tipo de eventos/locales. En ese caso mucho mejor nos sería bajar las expectativas y exigencias y salir con aquello que nos sintamos mejor pero sin estresarnos por "aparentar" determinada imagen o dress code. De ahí salen auténticos fiascos y risas. 

Y es que a veces nos dejamos influenciar por aquello del qué dirán, del "aparentar" o de dar cierta imagen que, para empezar, no refleja quien somos y en segundo lugar, puede no corresponderse para nada con el tipo de evento o plan que vamos a hacer. Relax. Siempre hay un roto para un descosido. 

Y como muestra, un botón (o unos cuantos). Yo este año, y es algo con lo que cada año me voy mentalizando más, no me he matado para pensar qué ponerme. Sabía más o menos lo que quería ponerme y voy a utilizar cosas que ya tengo y sólo los accesorios nuevos. Me he comprado unos pendientes y un bolso de mano nuevos, a los que les quiero dar todo el protagonismo, así que lo demás me sobra (no literalmente).  

Os voy a dejar algunas ideas para ambos planes "findeañeros", todas sacadas del look book de Ted Baker London

En primer lugar, looks más sofisticados: 





Y ahora looks quizás que se pueden adaptar más a ambientes más desenfadados, según cómo se combinen: 






Y un año más, os deseo un buen comienzo en el 2014 y nos leemos pronto, ¡que vienen rebajas!


viernes, 6 de diciembre de 2013

El azul marino es el nuevo negro

Lo pensé hace unos días de camino al trabajo. Sí, ése que me ha apartado del blog durante un mes entero. Hoy me veo con fuerzas, quizá porque el fin de semana se alarga un día, para contaros acerca de esta reflexión tan absurda, espontánea y profunda al mismo tiempo. Y aprovecho este momento del día ya que la fiebre ha decidido hacerme una visita sorpresa y estoy en ese momento de lucidez cuando de 38,9 pasas a 38,2.

El azul marino es el nuevo negro. En pocas palabras, es un imprescindible y honorable sustituto de su amigo el oscuro. 

El azul marino tiene mucho, mucho a favor: 
  • Sigue siendo oscuro, lo cual aporta sobriedad y elegancia, a la vez que nos desviamos del clásico (y a veces aburrido) negro. 
  • Es un clásico, nunca pasará de moda. 
  • Tiene multitud de combinaciones posibles: verde botella, camel, granate, rojo, rosa, tejido denim, etc. Incluso el negro. Sí, el azul marino y el negro SÍ combinan. 
  • Como todo color oscuro que se precie, disimula defectos tales como: caderas prominentes, muslos anchos, etc. 
  • Con los vaqueros, nada queda mejor. 
  • Favorece a morenas, rubias y pelirrojas. 
  • En verano no resulta tan "apático" como el negro. 
  • Da un cambio de aires a armarios invernales aburridos y faltos de imaginación. 
A mí me chifla. Es un color que uso mucho y que siempre me ha parecido precioso. Es elegante, sobrio pero divertido y con infinidad de matices: tejido denim, punto, seda, gasa, etc. Resulta muy fácil de combinar con bisutería/joyería de tono plata, y también con muchos otros colores: sólo hay que echarle creatividad. Me gusta acompañarlo de maquillaje "a juego" (cuando me maquillo) perfilando el ojo con eyeliner azul denim y algo más claro en el lagrimal. Favorece a mis ojos marrones. Ya a los azules no digo nada. 

He recopilado diferentes looks de tiendas online, donde está por todas partes este Otoño/Invierno. En estampado tartán, en cardigans abrigositos, trajes masculinos, en camisas denim, en mocasines, bolsos, etc. 

Aquí os dejo las fotos sacadas de Naf Naf, que son, sin duda, las que más me han gustado e inspirado. 










También en Tommy Hilfiger he encontrado looks muy bonitos y con un toque preppy como es seña de la marca. 






En Pepe Jeans encontré menos de lo que me gustaría, pero también tienen sus toques azul marino. 


Siguiendo la línea están las propuestas de Abercrombie, muy preppy y poco prácticas (como es costumbre) a las temperaturas del resto del planeta excepto California. De todos modos, son looks de entretiempo que se pueden adaptar a la temporada invernal y temperaturas gélidas con dos toques de imaginación. 





A nivel más low-cost, Pull & Bear, que está llenito de abrigos azul marino combinados con mangas de polipiel negras, eso y blazers, abrigos tartán, etc. 







Y a vosotras, ¿os convence el azul marino? ¿Lo véis un claro candidato a desbancar al negro? Hay que olvidarse de los clichés en este mundo y echarle imaginación: el azul marino no sólo vale para looks marineritos y preppy, hay mucho más detrás de un color tan elegante, bonito y distinguido. 

¡Espero vuestros comentarios/críticas/sugerencias! 

Un saludo y gracias por leerme ¡si habéis llegado hasta aquí!